La fibromialgia es una condición crónica que se caracteriza por el dolor musculoesquelético generalizado, la fatiga y sensibilidad en múltiples puntos del cuerpo. Aunque sus causas exactas aún se investigan, se cree que algunos factores, como el estrés, juegan un papel importante. Durante el invierno, muchos pacientes experimentan un aumento en la intensidad de sus síntomas, por lo que puede existir una relación directa con el frío y esta afección. Veamos cómo se sienten estos pacientes y qué medidas adoptar para sobrellevar una mejor calidad de vida.

El impacto del invierno en la fibromialgia: causas y soluciones
Diversos estudios han demostrado cómo el clima frío afecta a quienes padecen fibromialgia. Por ejemplo, una investigación publicada en Medicina Clínica encontró una asociación entre las estaciones del año y la gravedad de los síntomas en estos pacientes. La bajada de las temperaturas, junto con el viento, pueden aumentar las contracturas musculares, llevando al cuerpo a adoptar posturas que aumentan la tensión muscular. Te explicamos cuáles son los síntomas que se agravan en invierno.
- Aumento del dolor: El frío puede provocar una mayor contracción muscular, reduciendo la flexibilidad y aumentando la presión sobre los nervios y articulaciones. En estas personas, donde ya existe una hipersensibilidad al dolor, esto puede traducirse en una mayor sensación de dolor en todo el cuerpo.
- Mayor rigidez muscular: Las bajas temperaturas hacen que los músculos se contraigan de forma involuntaria para conservar el calor, lo que genera una sensación de rigidez prolongada. Esta falta de elasticidad dificulta la movilidad e impide realizar las actividades diarias.
- Fatiga extrema: En invierno, la menor exposición a la luz solar puede reducir los niveles de vitamina D, lo que afecta el metabolismo y la energía del cuerpo. Además, el clima frío puede hacer que el organismo consuma más energía para mantener su temperatura, lo que se traduce en mayor fatiga.
- Trastornos del sueño: El dolor crónico, la incomodidad por la rigidez muscular y los cambios en los ritmos circadianos debido a la falta de luz solar puede afectar la calidad del sueño. Muchas personas con fibromialgia experimentan dificultades para conciliar el sueño o se despiertan constantemente durante la noche.
- Cambios de humor y estado emocional: La fibromialgia ya está asociada con una mayor predisposición a la ansiedad y la depresión, y el invierno puede acentuar estos síntomas. La falta de luz natural reduce la producción de serotonina, neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo, lo que puede generar una mayor sensación de tristeza.
- Mayor sensibilidad a la temperatura: Las personas con fibromialgia suelen presentar una disfunción en la regulación de la temperatura corporal, lo que hace que sean más sensibles al frío. Incluso si las temperaturas son moderadas pueden percibirse como extremadamente frías, provocando escalofríos, hormigueo o sensación de entumecimiento en las manos y pies.
Consejos para aliviar los síntomas de la fibromialgia en invierno
Una vez tenemos más claro cuáles son los síntomas y cómo el invierno puede acentuarlos, es importante saber cómo se puede sobrellevar mejor esta época del año. A continuación, te compartimos una serie de consejos prácticos que pueden marcar la diferencia en el bienestar diario.
Mantener una actividad física regular
La práctica de ejercicio moderado es clave para reducir la rigidez muscular y mejorar la circulación. Actividades como el yoga, pilates o caminatas suaves ayudan a mantener la movilidad sin sobrecargar el cuerpo. Es importante adaptar la intensidad del ejercicio a la tolerancia individual y realizar estiramientos diarios para prevenir contracturas.
Aplicar calor local
El frío puede aumentar la tensión muscular y la sensación de dolor, por lo que aplicar calor en las zonas más afectadas es muy recomendable. Se pueden usar almohadillas térmicas, baños calientes o compresas de calor para proporcionar alivio inmediato. Esto no solo ayuda a relajar los músculos, sino que también sirve para mejorar la circulación sanguínea.
Seguir una dieta equilibrada
La alimentación juega un papel importante para reducir la inflamación. Lo más conveniente es consumir alimentos ricos en antioxidantes, omega-3 y magnesio, como frutos secos, pescado azul y verduras de hoja verde. Este tipo de dieta puede ayudar a mejorar el bienestar general. Además, es recomendable evitar el exceso de cafeína y azúcar, ya que pueden aumentar la fatiga y la sensación de malestar.
Protegerse del frío
Las bajas temperaturas pueden acentuar la sensibilidad y rigidez muscular, por lo que es fundamental vestirse con ropa térmica, usar guantes y bufandas, y mantener una temperatura estable en casa. También es recomendable exponerse a la luz natural siempre que sea posible para mejorar el estado de ánimo y evitar el impacto del invierno en el bienestar emocional.

En resumen, la fibromialgia es una afección compleja que puede verse afectada por factores climáticos, especialmente durante el invierno. Si experimentas un aumento de los síntomas durante esta estación del año, nuestro equipo de especialistas está aquí para aconsejarte y ayudarte a manejar y aliviarlos. ¡Ponte en contacto con nosotros y descubre cómo podemos apoyarte en este proceso! Recuerda que en Psicología Conde Orgaz estamos especializados en fibromialgia.

